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Breve ensayo sobre la esclavitud en el s. XIX.

Breve ensayo sobre la esclavitud en el s. XIX.

Breve ensayo sobre la esclavitud en el s. XIX.

Tabla de contenidos

Vuelta a la esclavitud tras las iniciativas abolicionistas, revolución y nuevas formas de trabajo esclavo en el s. XXI.


En el ensayo que vamos a realizar a continuación analizaremos cuales fueron los elementos que propiciaron el renacimiento de la esclavitud y las nuevas formas de trabajo forzado en un contexto político y social en el que se tendría que haber llevado por completo un proceso abolicionista y de que forma, llegan hasta nuestros días, nuevas formas de esclavitud moderna.


Para entender esta cuestion es importante reconocer lo profundamente enraizado que estaba el trabajo esclavo y el comercio esclavista en la sociedad. En un contexto político y social en el que se comenzaba a cuestionar este asunto se encontraron suficientes argumentos para justificar la existencia de la sociedad esclavista: para ello se utilizaban elementos tradicionales y religiosos como el derecho romano o el discurso aristotélico que entendía la esclavitud como una “condición natural” (Bayly, C, A., 2010, p. 472) las ideas bíblicas en las que en la piel de asiáticos y africanos era el relejo del pecado original al que debían encontrar la redención a través del trabajo esclavo (Bayly, C, A., 2010, p. 480).

Esclavos de Leopoldo II – 1900 (Cadena SER)


Del mismo modo, estas ideas justificadoras no eran ajenas en otros escenarios: “las tradiciones islámicas y budistas, entre otras, aceptaban ciertas formas de profunda dependencia social […] Muchos budistas mantenían que la gente capturada en la guerra podía ser esclavizada mientras que los budistas invocaban la ley del karma” (Bayly, C, A., 2010, p. 472).


De hecho se observa que a pesar de los esfuerzos abolicionistas desde Gran Bretaña el tráfico comercial esclavista aumenta a niveles del s. XVIII (Bayly, C, A., 2010, p. 473) puesto que comerciantes y extranjeros encontraban las maneras de hacer prosperar sunegocio pues eran tan importantes los beneficios económicos que reportaban pero no solo por su papel en fincas y cultivos sino por las ganancias que representaban las transacciones comerciales con ellos, convirtiéndose sus propios países de orígenes en “productores” de esclavos cuyas elites supieron aprovechar en provecho propio (Bayly, C, A., 2010, p. 474).


La tenencia de esclavos además no resultaba tan beneficiosa a nivel productivo sino a nivel social, pues resultaban ser un símbolo de riqueza y estatus de tal forma que en la búsqueda del gobierno británico de mejorar sus condiciones de vida, los ciudadanos británicos pudieron considerar estas medidas un ataque directo a la propiedad privada y a sus derechos (Bayly, C, A., 2010, p. 475).

Es tan importante la cultura de la esclavitud que los mismos “padres fundadores de los Estados Unidos poseían esclavos” del mismo modo que pedían su liberación, incluso la Constitución obviaba las condiciones de la esclavitud (Osterhammel, J., 2015, p. 755).


Aun así, la necesidad de mano de obra esclava no respondía tan solo a las cuestiones anteriormente mencionadas, si no que la falta de mano de obra en general, la convertía en imprescindible como podremos observar con las plantaciones de tabaco de los estados sureños de los EE.UU., ademas de por los beneficios que conllevaba su uso, también por su eficacia (Bayly, C, A., 2010, p. 476).


De hecho, tenemos constancia de que la población esclava ubicada en estos espacios sureños gozaba de mejores condiciones de vida y movilidad que se verán, una vez abolida la esclavitud, en las condiciones de los trabajadores forzados (Bayly, C, A., 2010, p. 480) y teniendo en cuenta la bajada en el nivel y la esperanza de vida después de su completa abolición (Bayly, C, A., 2010, p. 476).


Es por ello por lo que estas motivaciones pueden determinar que el uso de esclavos y el marco constitucional de los EE.UU. fuera perfectamente compatible, no solo por las aparentes buenas condiciones de vida de los esclavos, sino también en el establecimiento de los lazos personales entre estos y sus amos (Bayly, C, A., 2010, p. 477).


La situación haitiana en cambio es bien distinta a los ejemplos comentados anteriormente. La colonia de Santo Domingo se empapa profundamente de las ideas liberales que nacen con la Revolución Francesa asentando así las bases de lo que será una revolución sin precedentes, pues mientras que la revolución estadounidense no tuvo efectos trascendentales a nivel político económico o social, la revolución francesa tan
solo conseguirá cambios de aspecto social o político como la abolición de los privilegios aristocráticos o la liberación de campesinos (Osterhammel, J., 2015, p. 752) la revolución haitiana destruye por completo el escenario social y político existente en favor del “establecimiento de una sociedad igualitaria de campesinos afroamericanos libres”(Osterhammel, J., 2015, p. 752).

Culís chinos (1871 – 1872). www.hmong.es

Para entender esta situación es importante tener en cuenta que el espacio social desde elque se partía se hacia a partir de “una sociedad esclavista prototípica” (Osterhammel, J., 2015, p. 751) es por ello que al acumular en su seno, mayoría de esclavos negros (465.000) frente a 31.000 blancos que representaban a las elites y 28.000 “negros con condición de libres [conocidos como] gens de colour” (Osterhammel, J., 2015, p. 751 – 752) estamos hablando de una contexto excepcional con respecto a las demás.


El inicial apoyo mostrado por Francia y personificado en la figura de liderazgo haitiano François Dominique Toussaint Louverture logra hitos tales como la “declaración del principio de igualdad para los ciudadanos blancos y las gens de colour” en 1972 (Osterhammel, J., 2015, p. 753) o la abolición de la esclavitud en 1794 por la convención parisina, se verá truncado una vez Francia rompa con las relaciones haitianas y termine por desdecirse de las decisiones tomadas, lo que le llevará a firmar la paz con Gran Bretaña y encarcelar al mayor exponente de los aires independentistas que surgían en la región, Toussaint Louverture (Osterhammel, J., 2015, p. 754).


Aun así la esclavitud no será restaurada en Haití y la colonia terminará por independizarse completamente en 1804 a pesar de que no será hasta dos décadas después (1825) cuando Francia termine por reconocer su independencia (Osterhammel, J., 2015, p. 754).


Es por tanto la brutalidad de la revolución haitiana, como principalmente la particularidad de su situación lo que no provoca un “efecto llamada” en las regiones de su entorno (Osterhammel, J., 2015, p. 754) por lo que habremos de esperar hasta que otras independencias tomen su propio curso, como por ejemplo ocurrirá con las colonias hispanoamericanas que a pesar de la prosperidad que habían significado y la aparente fortaleza terminan por separarse de la madre patria (Osterhammel, J., 2015, p. 755).


Igualmente, es importante destacar que a lo largo del proceso de la lucha contra la esclavitud, en el trascurso de su abolición no se produce una emancipación total de los esclavos hasta varios años después como en el caso mencionado anteriormente del intento de los ciudadanos británicos de mantener el comercio esclavista, como del propio Haití que a pesar de que la declaración de emancipación tuvo lugar en voz de los propios esclavos no será hasta 1848 cuando se produzca su autonomía completa. (Osterhammel, J., 2015, p. 753).

Este hecho nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de establecer otras formas de vinculación a la tierra y al trabajo que no se aleje demasiado de la cultura de la esclavitud y es de esta forma como surge “un sistema de esclavitud menos visible” (Bayly, C, A., 2010, p. 478) en los que los esclavos pasan a ser siervos con opción de venta o compra. Estos procedían de nuevo, de entornos tales como Asia y África y recibían el nombre de “culís” los cuales desarrollaran trabajos en “obras públicas, plantaciones o minas” (Bayly, C, A., 2010, p. 479).

Trabajadores hacinados en condiciones infrahumanas (AFG/Getty Images)


Este nuevo panorama encontrará también justificaciones acorde con la situación y a pesar de que las ideas bíblicas y aristotélicas comienzan a perder fuerza (Bayly, C, A., 2010, p. 480) se establece toda una tesis a cerca de por qué se someten a unas poblaciones o a otras o si de nuevo obedece a un principio racial fundamentado, esta vez, en supuestos descubrimientos científicos (Bayly, C, A., 2010, p. 481).


La cuestión que nos invite a plantear el asunto del ensayo es si la esclavitud o las formas de trabajo forzadas, entendidas también como esclavitud menos visible, se limitan en el tiempo al s. XIX o llegan hasta nuestros días. Ante esta cuestion no podemos evitar pensar en la cantidad de trabajos degradantes que se realizan ante una situación de inseguridad, ¿podríamos considerar esto formas de trabajo forzada?

Mano de obra barata en las grandes construcciones del Golfo Pérsico. (National Geographic).


El ejemplo que surge irremediablemente en el imaginario colectivo es la situación del ejercicio de la prostitución que tantos debates se encuentra generando en la actualidad, pero sin la necesidad de acudir a un tema tan discurrido, podemos arrojar luz ante la situación de las jornaleras de Cartagena que se han visto obligadas a acceder a mantener relaciones sexuales con su capataz a cambio de obtener o conservar su puesto de trabajo, en cuyas circunstancias además se observa una clara situación de vulnerabilidad por no
contar con una situación legal o si quiera el conocimiento del idioma (elDiariomurcia, 2022).

Esto nos llevaría a determinar que aun hoy en pleno s. XXI habiendo pasado dos siglos desde que se iniciaron los procesos de la abolición de la esclavitud, existen escenarios que recuerdan a los trabajos forzados planteados anteriormente o las condiciones en las que viven diariamente los inmigrantes que trabajan las grandes construcciones de los países del Golfo Pérsico y que se ven obligado a convivir hacinados en viviendas inhabitables e infrahumanas tal y como lo harían los “culís” siglos antes (Bayly, C, A., 2010, p. 478) (Redvers, L., 2019).

Temporeras magrebíes en la recogida de la fresa (EFE).


Bibliografía:


• Bayly, C. A., [Christopher Alan]. (2010). “Reverdecer de la Esclavitud” En: Bayly, C.A. “El nacimiento del mundo moderno”, 1780 – 1914”. S. XXI, Madrid (pp. 472 – 481).


• Osterhammel, J. [Jürgen]. (2015). “Revoluciones. De Filadelfia a San Petersburgo pasando por Nankín”. En: Osterhammel, J., “La transformación del mundo: una historia global del s. XIX” Critica. Barcelona. (pp. 730 – 810).


• elDiariomurica (2 de noviembre de 2022) «Condenado a 42 años de prisión por abusar de seis jornaleras en Cartagena: “Si no follo tampoco doy trabajo”»


• Redvers, L. [Louise] (7 de enero de 2019) “¿Siguen los Emiratos Árabes Unidos
siendo un paraíso para los trabajadores expatriados?”
, BBC News.

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