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¿Existe de verdad un mundo islámico?

¿Existe de verdad un mundo islámico?

¿Existe de verdad un mundo islámico?

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Por Adriana Pastor:

Para abordar el debate de si el conocido como “mundo árabe” o “islámico” es un concepto homogéneo, hemos de analizar diferentes factores:

El mundo árabe entendido como un todo tiene sentido cuando se hace desde el punto de vista occidental, pero si se analizan detenidamente las diferentes piezas que completan el puzle de este concepto, podemos ver que las diferencias que les separan son muy importantes, aunque a menudo nos pasen desapercibidas.

Para ello, hemos tomado como muestra 5 países tradicionalmente islámicos (Marruecos, Sudán, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán e Indonesia) al que se une el caso particular de Bosnia que acoge en el seno de su población casi un número igual de cristianos y musulmanes.

Esta elección no es casual, y aunque en un primer momento no parece pertenecer a esa unidad que son los países árabes, su presencia en este estudio está relacionada, no solo con la cantidad de musulmanes que existe entre sus habitantes (casi la mitad de la población), si no a su pasado como parte del Imperio Otomano y la que debe el legado, entre muchas otras cosas, de la religión.

Un caso similar al de Bosnia es el de Indonesia, el país del mundo que más musulmanes acoge en su población, está alejado de guardar ninguna relación con el mundo árabe más que la lengua vernácula de la religión. ¿Pero cómo ha llegado el islam hasta esta parte del mundo? La respuesta la encontramos en las transacciones comerciales del s. XVI por mercaderes procedentes de Oriente Medio.

Es importante destacar, antes de comenzar este análisis en profundidad, que no es lo mismo el mundo árabe ni el mundo islámico, aunque como hemos mencionado anteriormente, desde occidente se entienda erróneamente de esta forma. Es cierto que existe una unión inquebrantable entre la lengua árabe y el islam, pues fue de esta forma en la que el Corán fue revelado y, por tanto, se trata de la lengua sagrada que todos los musulmanes tienen que saber leer y entender, pero no todos los árabes tienen que ser musulmanes. Son importantes las comunidades de cristianos que habitan en países como Siria o Sudan (anexo A), también en el Líbano o Palestina. Del mismo modo ocurre con los musulmanes procedentes de Bosnia, Indonesia o Pakistán que, aunque profesen la religión islámica, esto no los convierte automáticamente en árabes, sino que incluso muchos pertenecen a etnias minoritarias completamente alejadas del mundo árabe, especialmente en Indonesia y Pakistán.

¿Por qué el mundo árabe o islámico no es homogéneo?

La diferencia principal no solo radica en las áreas geográficas en las que se encuentran los países musulmanes sino también en la distribución de las riquezas de sus países o el análisis del nivel de vida de los ciudadanos de sus países.

Uno de los factores más representativos de la heterogenización de esta muestra a analizar es el análisis del IDH (anexo B) países como Pakistán, Siria1 y Sudan siguen más o menos la misma línea en lo que al desarrollo humano respecta, los continuos conflictos bélicos las convierten en zonas convulsas y este motivo afecta a su IDH. En cambio, Marruecos, Indonesia y Bosnia mantienen la misma trayectoria a pesar también de su delicada posición en años anteriores, y con un nivel de desarrollo muy superior al de la media se encuentra Emiratos Árabes Unidos.

Tampoco obedecen al factor de homogeneización los casos de ruralización y urbanización (anexo C) de cada país a analizar, no hay una cohesión en este sentido, así pues podemos determinar que mientras que Marruecos y Emiratos Árabes son los que mayor porcentaje de población urbana albergan, Siria2 Indonesia y Bosnia prácticamente tienen la misma población urbana que rural, mientras que Sudan y Pakistán son los países que menos población urbana acogen (menos del 40%) frente a la población rural (mayor del 60%).

Sobre el factor del árabe, aunque mencionado anteriormente para destacar su importancia en la religión, existe una realidad y es que ni en las mismas áreas reconocidas como “países árabes” se consigue hablar la misma lengua, como bien hace referencia Ricard González: “[El árabe clásico] Nadie lo habla en su vida cotidiana, [existe] un dominio reservado a los dialectos. Cada país o región tiene el suyo propio y son muy diferentes entre sí”.

Estos dialectos a los que se refiere R. González son tan diferentes porque a su vez beben de otras lenguas de origen étnico (por ejemplo, el tamazight u otras lenguas de origen bereber, en el caso de Marruecos) pero lo mismo ocurre en áreas como Pakistán y la lengua urdu que es la confluencia de lenguas persas, turcas e indias y a esta composición hace referencia Seyyid Hossein Nasr (2014): “Gradually, from the sixteenth and seventeenth centuries, a new language born of the wedding of the Indian languages and Persian with Turkic elements added and became known as Urdu. Written in the Arabic- Persian script.”

Además, hay que destacar que a su vez estos dialectos, en aquellos países que han sido colonizados, han estado influenciados por otra lengua extranjera por eso no es de extrañar que, en las zonas del Magreb, por ejemplo, podamos encontrar que sus hablantes han incorporado a su lengua dialectal palabras procedentes del francés (en su mayoría) y del castellano.

¿Qué factores favorecen su homogeneización?

Hemos comentado que la lengua árabe lejos de ser un factor de unificación es la causa de mayor heterogeneidad, pero hay que destacar que la existencia del árabe clásico a pesar de su limitado uso, puede ser un factor de unión: “El árabe clásico ocupa una posición especial, ya que su existencia salvaguarda la unidad del mundo árabe” (Mahmoud Dhaouadi)

Pero sin duda el mayor factor de unión de todos los que hemos tratado a continuación es el religioso, como bien podemos ver en el gráfico (anexo A), la mayoría de los países analizados tienen más del 80% de la población musulmana, a excepción de Sudán territorio en el cual siguen muy arraigadas las creencias ancestrales como el “animismo” con el 20% de la población. Emiratos Árabes Unidos en un caso especial dentro de los países arabófonos, pues alberga en su territorio a más de un 80% de población extranjera, y ese mismo motivo desencadena que casi el 33% de su población practiquen otros credos, especialmente destacable es el hinduismo (20%) debido al gran número de inmigrantes que recibe desde la India y el sudeste asiático como mano de obra.

Pero aun a pesar del gran factor unificador que puede suponer la religión, en estos países hemos de tener en cuenta que es muy grande la brecha sectaria que se abre dentro del islam y que se remonta a tiempos de la muerte del profeta (s. VII), conocida como la “fitna”. Este conflicto político y sucesorio, será el caldo de cultivo para otros de los elementos más importantes en la justificación de la homogeneización del mundo árabe, el pasado histórico común. La fitna traerá consigo el movimiento sucesivo de las diferentes tribus acérrimas a una rama o a otra, produciéndose una gran expansión que llegará hasta el sur de la Península Ibérica y Asia Central.

Un elemento aglutinador surgido en el s. XX fue el panarabismo, nacido junto con los nacionalismos y alimentado por la opresión que venían sufriendo las colonias, especialmente las del Magreb y Oriente Próximo, el desmembramiento del Imperio Otomano influyó eficazmente en la conformación de este movimiento y fue utilizado en beneficio de EE.UU y la URSS en su posición de países no alineados, especialmente por esta última potencia pues el socialismo fue una de las principales fuentes de las que bebía el panarabismo.

Tras el conflicto palestino israelí y el surgimiento de la República Islámica de Irán, el panarabismo irá evolucionando hacia panislamismo, especialmente tras el surgimiento de la República Islámica de Irán, convirtiendo a la religión y no a la identidad nacional, en el elemento aglutinador de los países árabes.

Por lo que, tras los factores analizados, aunque hay muchos elementos comunes entre los erróneamente conocidos como “países árabes”, podemos determinar que no conforma un “todo” homogéneo pues son mayores las diferencias a nivel económico, cultural y social que los diferencian que las que los unen, pues aparentemente el único elemento aglutinador puede ser el religioso, como hemos comentado se divide en distintas confesiones, la lengua queda relegada al ámbito religioso quedando el pasado histórico como único factor homogeneizador.

1 Es importante destacar el hecho de que en los valores a analizar (PIB, IDH, URB-RUR., ALFAB.) Siria sufre una exponencial caída a todos los niveles desde 2010 a 2016 (aprox.) que comenzó su recuperación, pero aun así continúa arrastrando las consecuencias de la Guerra Siria.

2 Como hemos mencionado anteriormente con respecto al análisis de otros indicadores, se puede observar en la tabla (anexo C) que la población siria en 2019 conserva casi a la mitad de su población tanto en área urbana como en global, esta tendencia era completamente diferente en años anteriores al conflicto bélico.

ANEXOS

Bibliografía

Artículos:

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Piqué, J. (25 de noviembre de 1016). ¿Qué fue del panarabismo? Política Exterior.

¿Qué fue del panarabismo? | Política Exterior (politicaexterior.com)

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Artículos de página web:

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Artículos de Revista:

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Libros:

Seyyid Nasr, H. (2014) “Cultural zones in islamic civilization”. En: Seyyid Hossein Nasr. The heart of Islam. (pp. 87-100). HarperCollins e-Books.

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El Orden Mundial. (2020) “El terrorismo yihadista no engloba todo el terrorismo”. En: El Orden Mundial. El mundo no es como crees. (pp. 112– 121). Ariel. Barcelona.

El Orden Mundial. (2020) “Las guerras de Oriente Próximo no son por el petroleo”. En: El Orden Mundial. El mundo no es como crees. (pp. 132– 138). Ariel. Barcelona.

El Orden Mundial. (2020) “Los sunníes y los chiíes no están en pie de guerra perpetua”. En: El Orden Mundial. El mundo no es como crees. (pp. 159 – 163). Ariel. Barcelona.

Página web:

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