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“El Mozárabe” – Jesús Sánchez Adalid.

“El Mozárabe” – Jesús Sánchez Adalid.

“El Mozárabe” – Jesús Sánchez Adalid.

Tabla de contenidos

Portada de “El Mozárabe”. Editorial Harpercollins (2021).

Si tuviera que definir el contenido de “El Mozárabe” en tan solo una palabra, esta sería: multiculturalidad y es que, si hay algo que caracteriza esta obra de Jesús S. Adalid es que de principio a fin, es un canto a la multiculturalidad.

Resumen:

Nos presenta la realidad de una época en la que convivían cristianos, musulmanes y judíos como una comunidad hermanada bajo el reinado de Alhakén (Al Hakam II).

Que se conviviera en paz bajo su mandato no es casualidad, pues era un hombre versado en las letras más preocupado por la cultura que por las guerras o la ambición de poseer más o menos territorios, que fue sin duda, la época de mayor esplendor cultural del califato. Extremadamente piadoso y preocupado por mantener la paz trabajó arduamente por ella y para ello se hizo servir de intermediarios mozárabes, entre otras herramientas, con el objetivo de estrechar los lazos o al menos, mantener la paz con los reinos cristianos, teniendo que hacer frente, incluso, a los distintos intentos de incursiones de bárbaros vikingos por las aguas de Guadalquivir.

De una figura como la del obispo Asbag, un personaje inspirado en distintas personalidades de la Iglesia que sirvieron de nexo entre ambas comunidades en reiteradas ocasiones, se servirá Sánchez Adalid para presentarnos esta dorada época de la Córdoba califal, en la que se entrelazan distintas realidades de la Península así como diferentes historias personales, que convierten a esta novela histórica en un elemento imprescindible para adentrarnos en la magia del Al – Ándalus desde un buen contexto histórico y un mejor entretenimiento.

De hecho a raíz de la lectura de esta novela comprendo muchos de las dudas que me surgían durante la lectura de su predecesora, “Los Baños del Pozo Azul” y es que para conseguir introducirse con éxito en dicha novela, hay que leer primero esta y contextualizarse previamente.

Así que podemos determinar que una no se entiende sin la otra, especialmente si “El Mozárabe” consigue atraparte, pues te hará querer saber más sobre cual es el destino que le espera a algunos de sus personajes protagonistas.

Lo que más me ha gustado:

  • El ritmo: A pesar de que la novela es bastante extensa (más de 700 páginas en edición bolsillo) esta consigue atraparte entrelazando diferentes historias y manteniendo la tensión durante todo el relato.
  • El tema: El autor teje magníficamente una historia que tiene tintes de aventuras, con episodios bélicos, incluso inverosímiles o extravagantes con escenas históricas como la personalidad de Alhakén, que perfila maravillosamente bien o los conflictos con los reinos del norte, o de los mismos reinos del norte con las invasiones bárbaras.
  • La capacidad de ilustración de la novela: A pesar de ser una novela histórica, que como en cualquier ejemplar de la familia se permite ciertas licencias, permite al lector conocer la época en la que se basa la historia, más en profundidad de lo que habitualmente estamos acostumbrados en el género. Esto despierta la curiosidad que si no es asiduo a este tipo de lecturas y a este periodo histórico, va a llevar a instruirse más a cerca de él.
  • Multiculturalidad: Aunque es un rasgo que he mencionado distintas veces es, sin lugar a dudas, uno de los que más me gustó y el que ha convertido a esta novela, en una de mis muchas novelas (y autores) de cabecera. Y es que en los tiempos que corren, mostrarle al mundo que a pesar de lo que algunos historiadores y medios de comunicación se empeñan en hacernos creer, somos hijos de esa convivencia, quizás forzosa en un principio, no lo niego, pero que permitió qué durante algunos años, “las gentes de libro” conviviesen en paz y armonía.
  • Referencias a la Biblia: Cuánto más azúcar más dulce y es que reconozco que me encanta cuando los autores hacen referencia a citas de otras obras, en este caso bíblicas, en boca de sus personajes. Sánchez Adalid es sacerdote en una parroquia de Alange (Extremadura) y eso se nota, pues domina perfectamente estos detalles como otros relacionados con las instituciones eclesiásticas, de derecho canónico o incluso de la misma historia de la iglesia.

Lo que menos:

Determinar si ha habido algo que no me ha gustado en esta historia es muy complicado pues en su conjunto ha sido toda una experiencia leerla, pero si hubiera de buscar un “pero” sería el principio, porque al presentar los personajes, situaciones, etc. comienza con un ritmo muy lento y el final, que queda bastante abierto, aunque esto no es un problema pues para rematar tenemos la lectura del segundo ejemplar, “Los Baños del Pozo Azul”.

El dominio que posee Sánchez Adalid de la época, su indiscutible facilidad para introducirnos de pleno en la historia que se narra en sus novelas, el ritmo continuo de su pluma y la variedad de personajes así como la sutilidad de sus acciones, y la capacidad de sorpresa ha convertido a este autor en uno de mis favoritos, y a esta novela a ser una de las diez novelas que definirían mi estilo y mis preferencias, sintiéndome completamente identificada con su mensaje y con el sentimiento que busca trasmitir.

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