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El Reino Prometido – Rubén Pérez Rubio.

El Reino Prometido – Rubén Pérez Rubio.

El Reino Prometido – Rubén Pérez Rubio.

Tabla de contenidos

Después de un parón tan largo como necesario de más de dos meses, hoy vuelvo de la mano de Rubén Pérez Rubio y su obra “El Reino Prometido”, una lectura ideal para aquellos que quieran introducirse de manera fácil en la novela histórica y que por encima de todo, busquen adentrarse en una aventura apasionante este verano.

A Rubén y a su novela le seguía la pista desde hacía unos meses. Cuando me decidí a comprar su obra en Kindle, gracias a una oferta que sacó y tras su lectura, me di cuenta que había hecho una buena elección en invertir en este nuevo autor, que gracias a su pasión por la época medieval ha hecho de una idea primitiva, una novela.

Resumen:

“El Reino Prometido está ubicado en el s. XIII de nuestra era, protagonizado principalmente por una mujer valiente y decidida que hará todo lo posible por salir adelante en una sociedad que le es hostil. Un viaje irremediable, una muerte inesperada. El amor, la amistad, la lealtad, pero también la traición y la falsedad son sentimientos que estarán latentes a lo largo de toda la historia arrancándole al lector sonrisas, pero también generando rechazo a partes iguales. Todo ello coronado con un final sorprendente, hacen de esta novela una lectura ideal para el verano.

 Lo que más me ha gustado:

  • El final: Sí, a diferencia de lo habitual que lo que más amargura suele generar para un lector es el final, este es sorprendente y además se encuentra perfectamente hilado, dando sentido a muchos actos que ocurren a mitad de la novela y que provocan infinitos interrogantes, Rubén consigue subsanarlos con un final perfectamente bien redactado y que no dejará indiferente a nadie.
  • Novedades: Estamos acostumbrados a que en las novelas de ambientación medieval ocurran actos atroces mayoritariamente de hombres a mujeres, y aunque el autor también sigue este esquema nos sorprende abordando un tema novedoso en este tipo de narraciones, pero probablemente, normal en la época.

Otro elemento que el autor nos introdujo, que me pareció sumamente novedoso es el uso de cannabis, no solo con un fin terapéutico sino también lúdico.

  • Crítica a la Iglesia: Rubén a través de sus personajes, realiza una dura crítica a la Iglesia haciendo uso de eclesiásticos corruptos, cristianos hipócritas y una Iglesia cada vez más alejada de los valores cristianos primitivos.

A su vez el autor realiza una firme defensa de la espiritualidad personal, la tolerancia y los interrogantes sobre la fe y el destino que le surgen al ser humano encarnado todo ello en la protagonista principal, Isabel.

  • La redacción: Rubén tiene una pluma magnífica a la hora de describir paisajes, acciones, personas y lo más complicado, sentimientos. Sin enredarse demasiado en elementos banales consigue que el lector se adentre en la historia, pero lo más importante es que logra despertar los sentimientos de simpatía o decepción también en los lectores, consiguiendo que estos empaticen de una u otra forma con los personajes y sus situaciones vitales.
  • Las ilustraciones: Por la novedad que supone para mi quizás, puesto que no estoy acostumbrada a que en las novelas que leo se intercalen ilustraciones con los capítulos, he valorado como un punto muy positivo a tener en cuenta que Rubén sí quisiera incorporarlas a la historia, consiguiendo así rebajar los momentos de mayor tensión y que el lector pueda conectar mejor con los personajes

Como bien hemos comentado anteriormente a lo largo de la lectura van surgiendo bastantes interrogantes respecto a personajes que aparecen y desaparecen al poco tiempo o situaciones no resueltas, que durante el viaje de los actores van mermando un poco la lectura, cuestión que al final de esta Rubén consigue salvar con éxito disipando cualquier atisbo de duda en lo que aparentemente parecía ser un final forzado, consigue darle una fluidez increíble logrando que todas las piezas encajen a la perfección.

Lo que menos me ha gustado:

  • El viaje: Aunque prácticamente ocupa la totalidad de la lectura, hubo momentos en los que el viaje se me comenzó a hacer bastante pesado, sobre todo al final de este, conforme se van sumando personajes a la trama o estas se van alternando el viaje es un elemento más pero quizás hubiera sido más llevadero si se hubiera resuelto antes.
  • La ausencia de profundidad de algunos elementos: Eché de menos que el autor ahondara en personajes que podrían haber dado más juego como es el caso de Guido, pero que pasan sin pena ni gloria por la historia, sin embargo, hay otros que tuvieron más protagonismo, pero solo eran simples conectores, y aunque todo esto se resuelve bastante bien en el final dando sentido al uso de unos u otros personaje en las tramas, otros podrían haber dado un nuevo aire a la obra introduciendo nuevos conflictos.

Aparece de forma frugal la Escuela de Traductores de Toledo, y aunque personalmente me hubiera gustado que tuviera más protagonismo, entiendo que es tanta su historia que necesita una novela aparte para sí misma.

  • La mezcla de elementos reales y fantásticos: Cuando se quiere escribir sobre un tema que nace de la ficción, pero se quieren usar elementos reales o históricos se tiende a hacer uso de personajes ficticios para llevar a cabo tales fines. Esta idea no está mal si se respetan los elementos históricos y en este caso Rubén lo ha hecho pues ha usado personajes ficticios para resolverlo, pero lo que no me acabó de convencer en demasía era que estos se alternaran a su vez con otros reales, como es el caso de Jaime I convirtiéndolos en sus coetáneos en ese momento. Este hecho en mi opinión, puede inducir a error a los lectores que por un momento podrían confundir la realidad de la ficción, y aunque el autor especifica en su Dramatis Personae cuales son reales y cuales ficticios podría haber sido interesante que al menos los personajes que representan estamentos nobiliarios o reales los creara todos desde la ficción para poder dar cabida a su historia sin posibilidad de errar. Rubén tuvo a bien explicarme por qué había tomado esta decisión y es que él, quería ser lo más fiel posible a la historia y si introducía todos los personajes ficticios, entendía que también debería de crear un reino desde cero y su deseo era inspirar su historia en la Edad Media de la Península Ibérica, describiendo localizaciones tales como Navarra, Toledo o Burgos entre otras, y no solo eso sino que la consumación de su obra necesitaba de personajes ficticios y este elemento os invito a que lo desveléis por vosotros mismos.

En definitiva, Rubén Pérez Rubio es un autor que irá in crescendo, el cual ha hecho de su pasión una realidad, que posee una pluma excepcional, especialmente a la hora de relatar escenas de acción, así como describir sentimientos y espacios. La sucesión de tramas, la existencia de diferentes personajes principales, pero sobre todo la resolución de conflictos y la capacidad de sorpresa son los elementos más destacables para hacer de Rubén una brillante promesa en el mundo de la novela histórica, cuyas próximas obras espero que vean la luz y disfrutarlas muy pronto.

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