Tras la resaca de Sant Jordi y unos días de desconexión muy necesarios para mi, por fin os traigo una reseña que tenía muchas ganas de escribir.

Se trata de mi segunda colaboración literaria, de la mano de Manuel Rivas Cabezuelo al que desde aquí quiero agradecerle su confianza en mi criterio y su infinita paciencia. El me propuso esta novela histórica diferente de las que he leído anteriormente, pero en la que se reflejan la ilusión, la experiencia de la vida, el amor por la historia y por las raíces.

Resumen:

El Legado de Svante Einarson es una lectura que mezcla historia y contemporaneidad, que empieza siendo una narración de corte templario que se entrelaza con una historia actual, mediante la era moderna nos sumergimos a la plena Edad Media y a su vez, damos con un tesoro que nos deja con ganas de saber más de él.

Esta novela tiene las características propias de un autor que ha sido un gran consumidor de novela histórica a lo largo de su vida, se recrea en descripciones de paisajes y de personajes, tiene un gran punto narrativo que dota de cuerpo la novela, si le sumas que Manuel es ingeniero de profesión, acompaña su obra de preciosas recreaciones tales como la fachada de la Catedral de Notre Dame entre otras, y a su vez es preciso en los recursos que mejor conoce, como las maquinarias de la época o los materiales de construcción, esto sin duda son dos de las mejores características de la novela, pero lo analizaremos más detenidamente a continuación:

Lo que más me ha gustado:

• Nuevos paisajes: La novela comienza ambientada en la fría Noruega, país que pude saber con posterioridad que su autor había habitado. El conocimiento de este paisaje por parte de Manuel se notaba porque conseguía hacer una descripción precisa de las formas de la escena, así como la temperatura ambiental o el carácter de sus nórdicos personajes.

• Nueva técnica: La presencia de dos épocas en la novela, transforma esta narración en algo original, que aunque no ha sido de mis características favoritas, reconozco que puede conseguir atraer a un número de lectores mayor, o menos unido a la novela histórica como conocemos comúnmente.

• Las ilustraciones: Como bien hemos comentado anteriormente, que el autor haya dotado cada capítulo con una ilustración de su puño y letra es un detalle muy a tener en cuenta porque nos permite, además de atisbar con precisión el paisaje sobre el que quiere dar cuenta, tenemos en nuestras manos un trozo más de su arte. Además casi al final de la obra estas se convierten en un elemento crucial pues con ellas, el lector puede participar de forma activa a modo de un personaje más de la obra.

• Templarios: Desde mi punto de vista, el tema de los templarios es una fuente inagotable de la que cualquier autor puede beber, que sin duda, Manuel ha conseguido renovar ambientándola en un paisaje distinto y con un cambio de dirección al final del relato.

Lo que menos:

• Contemporaneidad: Aunque quizás es una de las características más destacables de El Legado de Svante Einarson he de reconocer que no es para mi. Cuando se tratan de este tipo de novelas, me cuesta mucho empatizar con los personajes principales y me parece trivial casi todo lo que les ocurre, y aunque es en esta época prácticamente donde se produce el clímax principal de la novela, reconozco echar de menos las aventuras medievales de Svante y Sune.
• Extensión de las descripciones: Haciendo referencia a lo comentado anteriormente, Manuel ha disfrutado de la escritura de esta novela y ha querido recrearse en ella con precisas descripciones, que en ocasiones y especialmente en lo que a la época contemporánea se refiere, han resultado un poco extensas. Por lo que a mi respecta, hay ocasiones que me gusta por mi misma imaginar ciertos paisajes, personajes o situaciones con solo unas pinceladas, porque algunas descripciones un tanto extensas tienden a sacarme del ambiente lector.

Sin duda alguna se nota el tiempo, el trabajo y el cariño que hay detrás de estas líneas que he tenido el placer de tratar y leer, me ha ayudado a descubrir un territorio hasta este momento desconocido para mi, el Campo de Montiel y la maravillosa historia que tras los muros de sus Iglesias y hogares se esconde, y por lo que a mi respecta, solo puedo recomendaros su lectura y que descubráis por vosotros mismos si estáis preparados o no para compartir las aventuras medievales de Svante, las contemporáneas de Arturo y la pluma de Manuel.