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Todos los caminos llevan a Sefarad.

Todos los caminos llevan a Sefarad.

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Como ya es costumbre desde que tengo el blog, en cada viaje que hago, os traigo un trocito de historia de los lugares que visito, y esta vez nos hemos quedado en la “terreta“, así que no iba a ser menos. Sagunto es el testigo vivo donde poblaron las distintas culturas que habitaron en la Península Ibérica, sin indagar demasiado en la prehistoria, desde los edetanos hasta nuestros días.

Portal de la Sang. Puerta principal de acceso a la judería. Fotografía: Enrique Cereceda Núñez

Pero hoy, nos vamos a quedar en compañía del pueblo judío. Conocer más a fondo su asiento en Sagunto no habría sido posible, sin la ayuda de Esther, la guía que nos atendió maravillosamente bien en la Casa dels Berenguer, admito que en un primer momento no estaba muy convencida de la visita, pero sin duda alguna ha sido la mejor experiencia de este viaje a Sagunto.

La Casa dels Berenguer como tal es un centro de interpretación, además de contar con un pequeño recinto arqueológico entre los que se encuentra un pequeño resto del Templo de Diana y un mikvé que robó mi corazón desde que lo vi y fue gracias a la atención que despertó en mi que Esther supo acaparar toda mi interés y me marcó el rumbo de un viaje que no me arrepentiría de emprender, conocer las raíces del pueblo judío, no solo en Sagunto, sino en el resto de España.

Puerta de acceso a la Judería. Placeta de la Judería.

El pueblo judío está presente en Sagunto desde el s. I d.C con motivo de la destrucción del Templo de Jerusalén, y si en Sagunto empezaba mi viaje, tenía que lanzarme de cabeza a conocer cada uno de los rincones hebreos que allí moraban, y os prometo que recorrer la judería con sus callejuelas irregulares y sus calles sin salida, me transportó a la Edad Media.

Mikvé ritual con los siete escalones al fondo. Fotografía: Enrique Cereceda Núñez.
Canaleta que abastecería de agua la balsa del mikvé, la cual provendría del aljibe contiguo

El mikvé está presente en la Casa dels Berenguer muy bien conservado, de su canaleta en perfecto estado podemos imaginar el agua natural obtenida del aljibe, deslizándose por ella, o a los miembros del pueblo judío bajando los siete escalones simbólicos para bañarse en la balsa y realizar su ritual de purificación.

La ubicación del mikvé, nos indica la posibilidad de que junto a él, estuviera la sinagoga pues los baños se tomaban como algo ritual, especialmente en el caso de las mujeres, esto fue motivo para pensar que el que aquí se encontraba era exclusivamente destinado a ellas, pero realmente no hay ninguna evidencia que lo demuestre.

Escaleras de descenso al mikvé. De la puerta rejada, en adelante encontramos un símbolo más representado en los siete escalones de bajada a la balsa .

Si salimos de la Casa dels Berenguer y continuamos por una de sus callejas, al girar nos encontramos con el Museo de Historia y Arqueología que alberga no solo un sinfín de restos de época romana y medieval, sino una de las piezas que más curiosidad me creó:

Conjuro hebreo contra ladrones. Siglo I d.C.
Lámina de plomo con forma de animal. Fotografía: Enrique Cereceda Núñez.

Esta pieza demostraría la existencia del pueblo judío desde el s. I d.C y en ella lo que se viene a leer es un conjuro contra un ladrón que ha robado dinero, en el cual le desea distintos males físicos y psicológicos.

Interpretación de la inscripción.

En la imagen del conjuro, a penas podemos distinguir algunas letras hebreas y aunque la explicación que acompaña a la pieza hace referencia directa a Yavhé, lo que si pude ver en persona, es que en la pieza concreta ausentaba las vocales para así no incurrir en la blasfemia, puesto que el pueblo hebreo tiene terminantemente prohibido mencionar el nombre Dios en vano, para evitarlo, utilizan una combinación de cuatro letras llamada tetragrámaton (יהוה) o en su defecto YHWH.

Si después de haber visitado estos lugares no sabía por donde continuar, no tenía mas que buscar estas piezas incrustadas en el suelo que llenaban la ruta sefardí saguntina. Esta placa de bronce que indica los lugares claves en la visita a la Red de Juderías. En ella está representada el mapa de la Península Ibérica y las letras hebreas que conforman la palara Sefarad.

Y con ayuda de esto y de un pequeño mapa que me acompañaba ,visité la judería, me perdí entre sus callejas llenas de historia para continuar mi viaje en dirección del hipogeo, el cual colma prácticamente en su totalidad, la falda de la montaña en la que se encuentra ubicado el castillo y las fortalezas saguntinas.

Hipogeo.

Los hipogeos son galerías subterráneas o pasajes excavados en la piedra que tienen funciones funerarias que recuerdan a nuestros nichos. Y es que a diferencia del pueblo romano que hasta la llegada del cristianismo, incineraba a sus muertos, el judaísmo por su parte como el resto de religiones monoteístas, inhuma los cadáveres de sus difuntos.

Estos hipogeos a su vez, con el paso de los siglos sirvieron como habitación y refugio en la Guerra Civil Española.

A su vez, no es el único cementerio judío al que podemos hacer referencia sino que entre el Castillo y la judería podemos encontrar otra necrópolis hebrea, lo que implica un hito para la población puesto que Sagunto es de las poca ciudades contemporáneas que conservan dos necrópolis hebreas perfectamente conservadas desde la Edad Media.

Este último no pude visitarlo por falta de tiempo, pero me queda pendiente y con el, una nueva visita a esta mágica localidad.

Necrópolis hebrea. Inhumaciones en tierra. Fuente: ValenciaBonita.es

SEFARAD, TIERRA RECOBRADA.

Kit Descubridores de Sefarad.

Como bien he mencionado anteriormente, hacer esta ruta no habría sido posible sin la ayuda de Esther que me armó con un pasaporte, una tarjeta y una guía de las diferentes juderías que poblaban en nuestro país. Esta iniciativa recibe el nombre de Caminos de Sefarad y pertenece a la la Red de Juderías de España, que tiene como objetivo recuperar el patrimonio sefardí de la península, no solo cultural, sino también a nivel gastronómico y artesanal.

Consiste en la obtención de un pasaporte que es la llave para conocer todas las juderías alrededor de España, que son, más ni menos 22 localidades tan diferentes entre ellas como Córdoba o Tui, entre muchas otras, pero con un nexo común, la existencia de un patrimonio judío por fin recuperado.

Mi primer sello.

Con la visita de todas y cada una de las 22 poblaciones que albergan patrimonio judío, se obtiene un sello de cada una de las visitas. En mi caso el primero ha sido el de Sagunto y aunque en el pasado visitara también la de Córdoba, ya tengo una excusa más para volver.

Conforme se van acumulando sellos (5, 10 y 22 sellos)se consiguen regalos, el regalo final es una llave de estilo antiguo culminada por la estrella de David.

Además con la tarjeta que acompaña al pasaporte se pueden conseguir descuentos en todos los comercios y restaurantes que estén asociados a “Rasgo“, pero realmente lo que importa en todo esto es que a modo de juego tenemos una excusa para que visitemos el legado sefardí, tantas veces olvidado y abandonado y que tanto nos ha aportado a la cultura, a la ciencia y al final, a ser los hombres y mujeres que somos hoy en día.

El pueblo judío ha sido siempre un pueblo perseguido y maltratado, aún en nuestros días, esto es una forma de darle su lugar en la historia y las gracias por haber conformado Sefarad, nuestra preciosa tierra.


Si queréis obtener vuestro propio pasaporte, podéis hacerlo acercándoos a cualquier punto de información y turismo de cualquier ciudad que tenga legado judío, así como museos, o bien por las páginas webs y contacto de información y turismo de Sagunto y de la red de juderías que os dejo a continuación:


Agradecerle encarecidamente a Esther de La Casa dels Berenguer por su acertada guía, y a mi amigo Enrique Cereceda Núñez por hacer las veces de compañero de aventuras y fotógrafo.

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