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Kalika. La Alquimista de Gálata. – Olga Palmero M.

Kalika. La Alquimista de Gálata. – Olga Palmero M.

Kalika. La Alquimista de Gálata. – Olga Palmero M.

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Cuando Olga me ofreció esta colaboración, no me lo pude creer, aún recuerdo como miraba de reojo la pantalla del móvil mientras comía, y cuando vi el contenido de los mensajes, ¡me sentí feliz! Llegué al trabajo eufórica porque alguien había confiado en mi para opinar sobre su obra y eso me pareció lo máximo, pero siempre tuve claro que sería fiel a mi parecer siempre desde el respeto y el cariño.

No hizo falta nada más para que cayera rendida en los brazos de Kalika. La alquimista de Gálata. Olga sabe envolver a los lectores en la historia y recrear en nuestra mente los paisajes de Gálata, Estambul, Konya y Cos.

Pero os moriréis por saber de que trata la historia de Kalika, ¿verdad? Pues ahí va:

RESUMEN:

Kalika y su madre adoptiva Ághata, son dos alquimistas de Konya tenidas por hechiceras en su población, y ante una importante proposición venida desde el Palacio Imperial, no dudan en lanzarse a las orillas del Bósforo en busca de una nueva vida, buscando el saber, el reconocimiento a su medicina, así como un mejor futuro para Kalika. Lo que ambas no saben es que se verán inmersas en las intrigas palaciegas y serán usadas como peones, si a esta trama le sumamos una historia de amor con un jenízaro, es una combinación ganadora.

El papel de la mujer o de las mujeres, en esta historia me llevó irremediablemente a acordarme de la saga de Julia Domna, y a una realidad de la que os he hablado muchas veces, que los hombres más importantes, temidos y respetados de la historia han tenido junto a si a mujeres altamente estrategas e inteligentes que han sabido conducirlos por el camino correcto, usándolos también a ellos como peones para sus guerras internas.

Lo que está claro es que Olga supo estructurar su obra de forma muy inteligente, lo imaginé como un juego de ajedrez y así es más fácil de entender: La autora establece dos bandos claros y dibujando a las reinas moviendo los peones, con el único objetivo de influir sobre el sultán (el rey) y controlar el harén (el tablero).

Al principio es un chorreo de información y palabras extranjeras constantes, pero Olga sabe solucionar esta dificultad con un amplio glosario de términos y notas a pie de página, y aunque por la cantidad de nombres y relaciones que se establecen entre los miembros de la realeza otomana me sentí tentada a organizarme un árbol genealógico, como lo hiciera en el pasado con Los Baños del Pozo Azul, decidí continuar leyendo y que las cosas fueran poniéndose en su lugar poco a poco, y fue un total acierto.

Y reconozco que antes y después de la lectura, tuve que ponerme a “estudiar”, a informarme sobre el cuerpo jenízaro, que aunque Olga va dando claves a través de la novela, ya sabéis que “cuanto más azúcar más dulce” pero después de la lectura, para asegurarme de que había conseguido entender los vínculos familiares entre los miembros de la realeza, busqué información sobre cada uno de ellos, y llegué a la conclusión de el tremendo trabajo de investigación y de fidelidad histórica que había llevado a cabo la autora.

Como ya es costumbre en nuestras entradas, voy a pasar a los aspectos positivos y negativos de la lectura:

POSITIVO:

+ El trato y la cercanía de la autora siempre es un plus a la hora de reseñar novelas y entenderla mejor.

+ El rigor histórico de la novela.

+ La autora a lo largo de la historia y de la sucesión de hechos va dibujando una sociedad variopinta, sus costumbres y el modo de vida. En la figura de las protagonistas femeninas se apoya para establecer los distintos rangos sociales, así como los derechos y obligaciones de cada una de ellas.

+ El uso de palabras locales apoyadas por un glosario y notas al pie de página.

+ La autora marcaba los tiempos, o las horas en la historia, mediante el uso de las oraciones islámicas (zalat): Fajr (madrugada) Thtur (después del mediodía), Asr (media tarde), Maghrib (después del ocaso), Isha (noche). Esto le da un toque de personalidad y originalidad con la que no cuentan muchas de las novelas ambientadas en el islam.

+ Olga ha huido de los convencionalismos de describir personajes físicamente, o paisajes de forma reiterada, cosa que agradecí enormemente puesto que es bastante cansado cuando un autor describe continuamente el físico de sus protagonistas, como pasa en La Loba del Al Andalus. Olga aporta una novedad, describir marcas de nacimiento, como la de Kalika o Safiye.

+ La autora utiliza un vocabulario sugerente para las escenas más íntimas. A mi me gusta interpretarlo como que de este modo, viste la relación de ambos protagonistas de amor y respeto abandonando el extendido uso de relatar escenas explícitas, sino que Olga nos deja esas escenas a nuestra imaginación, con la gran carga de dignidad que se merecen.

+ Olga sabe jugar con las sensaciones que puede provocar el libro, y sabe relajar la tensión del lector utilizando escenas que rompan esa angustia, como la de agha Dogan y las coles, que me encantó y me hizo sonreír con los ojos llenos de lágrimas.

NEGATIVO:

– Por ponerle un PERO a la obra de Olga, es que he echado de menos que se recreara más en algunas escenas que aquellos que hayáis leído la obra sabréis identificar inmediatamente, y no precisamente me refiero a las escenas íntimas sino a las de más acción. Lo mismo me ocurre con el final, que se me hizo muy rápido, no sé si por la misma tensión que me consumía a mi por saber como acababa o porque realmente Olga podría habernos deleitado con un final más largo.

CONCLUSIÓN:

Como ya he mencionado anteriormente, uno de mis miedos al principio de comenzar la novela era que no pudiera ser imparcial por el hecho de que su autora había confiado en mi para reseñarla, pero este miedo desapareció rápidamente cuando vi que entre mis manos tenía una obra de gran calidad, que nada tiene que envidiarle a los grandes escritores de novela histórica. Una obra original, tanto en la forma de escribirla como en el tema, el cual tiene mucho que aportar pero no se ha explotado tanto como la Edad Media o la Antigua Roma.

Sin lugar a duda estamos ante una autora con una magnífica pluma y con un alto sentido del rigor histórico, así que solo puedo esperar a ver nacer muchas más de sus obras, que sin lugar a duda, serán tan buenas cómo Kalika, o más.

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