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Iconoclasia cristiana vS. Aniconismo islámico.

Iconoclasia cristiana vS. Aniconismo islámico.

Iconoclasia cristiana vS. Aniconismo islámico.

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En la siguiente exposición trataremos la importancia de la iconoclasia bizantina y el aniconismo islámico, a que deben sus orígenes, cuáles son las diferencias o los puntos en común entre ambo o cual ha sido su importancia en el contexto histórico y social en el momento de su surgimiento y si es extrapolable a nuestros días.

Para ello hemos de situar histórica, geográfica y cronológicamente ambos tipos de arte:

El arte bizantino surge una vez el Imperio Romano de Oriente rompe completamente con Roma y pasa a ser conocido como Imperio Bizantino, por lo que el origen geográfico se situaría en Oriente. El problema podemos encontrarlo para fecharlo cronológicamente porque no será hasta finales del s. VII y principios del s. VIII cuando empiecen a verse las primeras crisis que anunciarían el inicio de un nuevo contexto [1].

Por lo que respecta al arte islámico, podemos establecer su surgimiento a raíz del comienzo de la predicación de la Península Arábiga (s. VIII). La expansión del Islam propiciará que tanto la religión como la cultura que nace con ella se extienda hasta territorios tales como el Norte de África, la Península Ibérica o el lejano Oriente, ubicación que nos ocupa a continuación por la influencia que ejerció sobre él, el arte bizantino.

Hay que matizar que el arte islámico por sí mismo no completa un “todo” homogéneo, la característica más plausible es el aniconismo que le precede y que llega hasta nuestros días, pero ¿qué sabemos a cerca de esta cuestión y a qué debe su origen?

Hemos comentado anteriormente que el arte islámico no tiene por si mismo una clara raíz cultural que lo antecediera, por lo que en su afán expansivo, la configuración primitiva terminará influenciándose de otros elementos culturales propios de las zonas conquistadas como la visigoda, la siria, la armenia y también la bizantina, de la cual tomará “la exuberancia de sus decoraciones y la suntuosidad de sus materiales[2], aun así en todos estos influjos, podemos destacar un nexo común, la raíz romana [3].

De esta forma hemos podido identificar el origen de los principales elementos del arte islámico, pero para comprender el origen del aniconismo, hemos de profundizar en mayor medido en el dogma religioso.

Por norma general, desde Occidente se entiende que el tabú de los musulmanes en la representación de figuras humanas responde a una norma escrita en el propio Corán, pero esto no es exactamente así.

El origen del aniconismo podemos encontrarlo es instintos elementos, el primero es la propia tradición judía de la cual bebe el islam que se muestra mucho más tajante en la representación divina y antropomorfa quedando como tal, escrita la prohibición en la propia ley judía [4].

A pesar de que el Corán y la Sharia (ley islámica) rigen todos los principios de la vida del musulmán, no se da este caso en el propio libro sagrado, sino que encontramos el precepto que corresponde a la representación figurativa dentro de la propia Suna (tradición), uno de los tres pilares sobre los cuales se construye la doctrina islámica [5].

La práctica sobre el aniconismo se crea para lograr explicar el porqué de la iconofobia surgida a partir del s. VIII con la destrucción del propio Mahoma de los ídolos preislámicos, pero el aniconismo encontrará su máximo esplendor cuando el propio califa abasí borre todas las imágenes existentes en su palacio en el año 870 d.C. inaugurando así “un desierto iconográfico hasta el s. XIII” tras el intento de la escuela Mutazila de alejar el islam de interpretaciones simples que conllevaran a la representación antropomórfica [6].

En esta misma línea se encuentra la Suna que ha puesto en boca del mismo profeta la prohibición de reproducir imágenes humanas limitando la figuración a la representación de iconografías vegetales y geométricas [7].

Pero si queremos acudir a fuentes escritas para encontrar la prohibición como tal, en lo que respecta al Corán solo encontraremos cuestiones a cerca de la idolatría [8], mientras que en los hadices[9] si existen referencias que conciernen a la prohibición explicita de las representaciones figurativas.

Pero a pesar de todas estas cuestiones, ¿por qué continuamos encontrando representación humana dentro del arte islámico?

Como hemos mencionado anteriormente, el hecho de no contar con un corpus artístico anterior al surgimiento del islam, los musulmanes, especialmente los califas sentían la necesidad de “encontrar su lugar” pero sobre todo de plasmar su poder, y es por ello por lo que se continua con la figuración humana. Este hecho está cargado de influencia bizantina, especialmente en muchos palacios califales (periodos Omeya y Abasí 661 – 800 d. C.)[10]. Esta confluencia de estilos ayudaba en las casas reales a crear un propio estilo artístico, que alcanzaría su culmen en la propia representación de príncipes como manifestación, una vez más del poder real, por lo que un príncipe musulmán no difería tanto de uno cristiano en sus intenciones sobre la creación de un escenario propio, y la exposición de poder y riqueza.

Pero sin duda alguna y después de distintos intentos de lograr ese estilo propio, el punto de inflexión por el cual se abandonaría este tipo de representación tendría lugar a partir de uso de la caligrafía [11].

La representación artística por este medio sería el maridaje perfecto que aunaría la representación del poder real personificada en la caligrafía como elemento personal e identitario del califa a través del uso del árabe y de suras del Corán, así como de la religión, otorgándole una característica identitaria propia.

Si anteriormente habíamos expuesto los diferentes orígenes de la iconofobia tanto en lo que respecta a la reproducción de Dios como de los seres humanos en general, ¿Qué hay a cerca de la representación de su profeta?

Es importante destacar que, aunque según Caputto Jaffre no existió una influencia de la crisis iconoclasta sobre el aniconismo islámico puesto que ambas surgieron por cuestiones diferentes [12],  pero no podemos negar que sí existe una influencia cultural de un arte sobre otro en la que la producción de imágenes del profeta había servido hasta su freno, como herramienta para explicar los hadices, la Suna y su propia vida y enseñanzas [13].

No tomarán el mismo camino la rama chií del islam, los cuales seguirán adelante con la reproducción humana y animal, encontrando en el s. XIV todo un manuscrito ilustrado “Jami’ al Tawarih” en el que se hace alusión a escenas de la vida del profeta a través de pinturas que bien guardarían relación con la iconografía cristiana[14].

Es necesario reiterar que, en el ámbito sunní especialmente, la mayoría de las representaciones figurativas del profeta no son claras en lo que respecta a sus rasgos faciales, sino que estos en general, aparecen bien difuminados, o bien con el rostro velado o una llama en lugar de su semblante[15].

Hemos realizado un largo recorrido sobre el aniconismo islámico, pero ¿Qué sabemos a cerca de la crisis iconoclasta de la iglesia cristiana?

Debemos su origen principalmente a la dinastía isáurica, aunque este periodo histórico haya pasado a la posteridad como “el iconoclasmo” que tuvo lugar entre finales del s. VIII y principios del IX.

Hernández Rodríguez en “Iconoclasmo e iconodulia entre Oriente y Occidente (s. VIII – IX)” deja entre ver un posible origen por influencia judía e islámica[16] pero finalmente decanta la balanza a favor de que fueron sucesos tales como el miedo a la ira de Dios representado en la explosión del volcán de Tera/Santorini en el 726 o el temor a la conquista musulmana aludiendo al fracaso que le conllevó al pueblo judío la idolatría y que trajo como consecuencia la sumisión al poder romano, fuera el punto de inflexión para llevar a cabo esta reforma.

Esto a su vez le confería a la Iglesia mayor poder pues acrecentaba sula sacralidad del templo en detrimento del culto privado y la adoración a los santos, convirtiéndose el clero en el intermediario directo con Dios [17].

Tras la revisión de fuentes e hipótesis historiográficas realizada por M.F. Auzépy se llegó a la conclusión de que finalmente, y por determinación de la Iglesia de Occidente, la iconoclasia quedara limitada a la Iglesia Ortodoxa pues se consideraba que el Concilio de Nicea en el que no había habido representación latina, no se refería a esta[18].

Y en la actualidad, ¿Qué conocimiento tenemos sobre este tema y cuáles son las imágenes mas recientes que guardamos en nuestro imaginario?

Sin lugar a duda el mayor exponente del aniconismo islámico para el mundo Occidental de la historia reciente es la destrucción de Palmira por el ISIS a causa de ser símbolos de idolatría, pero si queremos fijar nuestros ojos en un escenario más cercano tenemos el caso de Charlie Hebdo y las caricaturas de Mahoma en la portada de su revista.

En el caso de Palmira, ¿el objetivo de la destrucción era solo la cuestión de la idolatría como principal motivación? ¿O existía otro interés?

El artículo “El antes y el después de la destrucción de los tesoros Palmira por parte de Estado Islámico” publicado por la BBC (7 de octubre de 2015) pone de manifiesto que la destrucción de estos vestigios arqueológicos y su saqueo tendrían como objetivo el tráfico de antigüedades y arte en el mercado negro con el fin de conseguir financiación para el grupo terrorista.

Pero estos, aunque son los eventos de iconoclasia más recientes en nuestra historia no son los únicos. En Europa ha existido distintos episodios de destrucción de imágenes, como por ejemplo durante la Revolución Francesa con la intención de romper con el Antiguo Régimen[19] .

Pero ¿serian estos hechos extrapolables a nuestra actualidad con las modificaciones llevadas a cabo a raíz de la promulgación de la ley de memoria histórica? Esta ley tendría como objetivo eliminar todos los símbolos que hagan referencia a la época franquista con el objetivo de subsanar de alguna manera el honor de las victimas de la guerra civil. De la misma forma que Caputto Jafre relaciona la destrucción de imágenes en la Revolución Francesa para personificar la ruptura con el Antiguo Régimen podríamos encontrar nosotros en esta ley una manera de enmendar un episodio cruento en la historia española.

Estos ejemplos de aniconismo e iconoclasia a lo largo de la historia nos permiten demostrar que a pesar de la enorme influencia que han tenido estos sucesos a nivel histórico y cultural en distintos periodos de nuestra historia, no existe una conciencia en el saber genera de la población, siendo hasta la destrucción de Palmira o los atentados tras las caricaturas publicadas de Charlie Hebdo, un fenómeno extraño sin tener en cuenta que previo a estos, ya en Occidente existía el fenómeno de iconofobia y destrucción de imágenes.

Referencias:

[1] Duran-Porta, J. (2021). Arte bizantino y arte del islam, Barcelona, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (p. 6)

[2] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 4)

[3] Duran-Porta, J. (2021). Arte bizantino y arte del islam, Barcelona, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (p. 38)

[4] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 5)     Duran-Porta, J. (2021). Arte bizantino y arte del islam, Barcelona, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (p. 38).

[5] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 5)    

[6] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 7)    

[7] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 8)    

[8] Corán 21:52-54.

[9] Hadith, Sahih Musulmana, vol.3, no. 5268. Bukhari vol.8, libro 73, no.130.

[10] Caputo Jaffre, A. (2011). “Iconoclasia y «aniconismo»: correspondencias entre el mundo islámico y el mundo cristiano”. Entremons. UPF Journal of World History, 2 (p. 20).

[11] Caputo Jaffre, A. (2011). “Iconoclasia y «aniconismo»: correspondencias entre el mundo islámico y el mundo cristiano”. Entremons. UPF Journal of World History, 2 (p. 23).

[12] Caputo Jaffre, A. (2011). “Iconoclasia y «aniconismo»: correspondencias entre el mundo islámico y el mundo cristiano”. Entremons. UPF Journal of World History, 2 (pp. 10, 12-13).

[13] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 9)

[14] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 11)

[15] Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009 (p. 11)

[16] Hernández Rodríguez, A. (2011). “Iconoclasmo e iconodulia entre Oriente y Occidente (siglo VIII-IX)”. Byzantion Nea Hellás, 30, (p. 68).

[17] Hernández Rodríguez, A. (2011). “Iconoclasmo e iconodulia entre Oriente y Occidente (siglo VIII-IX)”. Byzantion Nea Hellás, 30, (p. 69).

[18] Hernández Rodríguez, A. (2011). “Iconoclasmo e iconodulia entre Oriente y Occidente (siglo VIII-IX)”. Byzantion Nea Hellás, 30, (p. 70).

[19] Caputo Jaffre, A. (2011). “Iconoclasia y «aniconismo»: correspondencias entre el mundo islámico y el mundo cristiano”. Entremons. UPF Journal of World History, 2 (p. 5).


Bibliografía:

Caputo Jaffre, A. (2011). “Iconoclasia y «aniconismo»: correspondencias entre el mundo islámico y el mundo cristiano”. Entremons. UPF Journal of World History, 2, (pp. 1 – 28).

Duran-Porta, J. (2021). Arte bizantino y arte del islam, Barcelona, Fundació Universitat Oberta de Catalunya. (pp. 1 – 60).

Hernández Rodríguez, A. (2011). “Iconoclasmo e iconodulia entre Oriente y Occidente (siglo VIII-IX)”. Byzantion Nea Hellás, 30, (pp. 75-84).

Klein, F. (2009). “Arte e Islam. Mahoma y su representación”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 40, 2009, (pp. 1 – 22).

Redacción. (7 de octubre de 2015). “El antes y el después de la destrucción de los tesoros Palmira por parte de Estado Islámico”. BBC Mundo. El antes y el después de la destrucción de los tesoros Palmira por parte de Estado Islámico – BBC News Mundo

Ziegler Delgado, M. (2009).”¡Oh las imágenes! El conflicto iconoclasta bizantino”. Revista de la SEECI, 18, (pp. 31 – 79).


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